Reflexión Docente, Reflexión Decente…
Conocimiento,
sociedad, cultura, lenguaje y docencia son el vértice donde converge humanismo, humanidad y docencia.
En función de
ello, quien escribe, docente de la modalidad educativa de Telesecundaria con 20
años de servicio, que no necesariamente son un óptimo referente (hay excelentes
docentes con menos tiempo en la profesión), escribe:
A pesar de los
difíciles tiempos por los que transita la labor magisterial por razones de
todos conocidas, cabe hacer un breve alto, y en él, intentar retomar con éstas
cuantas palabras un poco de la esencia que nuestra labor merece y un mucho del optimismo que el
momento demanda.
¿Puedo, desde el
lugar que se denomina magisterio, ser capaz de penetrar el mundo interno de
otro u otros para que desde ahí permita y apoye el desarrollo de quienes la
sociedad ha puesto en mis manos?
¿Soy capaz de,
respetando individualidades, incentivar en otros un deseo persistente por
conocer, por aprender y por seguir haciéndolo hacia su integralidad?
¿Seré capaz de
hacer de mis alumnos, además de personas de bien y ciudadanos para una sociedad
cada vez más demandante y compleja, personas informadas, críticas, creativas y
comprometidas?
¿Puedo convertir
un aula en un espacio donde el trabajo resulte claro, interesante y útil a mis
alumnos?
Éstas y muchas otras preguntas, asaltan conciencia y comprometen una diaria actuación desde (lo acepto) una limitada condición docente y creativa; es por ello, que aprovechando la oportunidad que ésta página me brinda, escribo - con permiso de mis dos lectores, a sin él - la siguiente proclama:
Éstas y muchas otras preguntas, asaltan conciencia y comprometen una diaria actuación desde (lo acepto) una limitada condición docente y creativa; es por ello, que aprovechando la oportunidad que ésta página me brinda, escribo - con permiso de mis dos lectores, a sin él - la siguiente proclama:
¡Compañeros
maestros, compañeras maestras!
Comprometámonos
con el ejercicio consiente, ético, decidido y vivo de nuestra profesión, más
allá del entorno adverso.
Continuemos
transitando los caminos de la preparación adecuada y permanente, a sabiendas de
que “nadie da lo que no posee”.
Asumamos con
dinamismo, la difícil responsabilidad que la sociedad impone, la de moldear
las conciencias de los mexicanos del mañana desde las condiciones del hoy.
Porque maestro es
aquél capaz de conjugar la realidad del presente con la idealidad del futuro
poniendo en ello experiencia, pensamiento y sentimiento…
¡Que así sea!
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